Emprendo desde los 15 años.
Mi primer trabajo fue en un café internet. Quería tener mi propio dinero para comprar mis cosas del colegio, salir con mis amigas y ayudar un poco en casa. Vengo de una familia trabajadora, donde mi mamá fue quien llevó todo el peso del hogar: tres hijos, muchas deudas y un corazón enorme lleno de fortaleza.
 

Con el tiempo, logré ingresar a la universidad para estudiar Diseño Industrial. Lo hice más por las circunstancias que por convicción, porque en ese momento en Colombia el Diseño de Modas no se veía como una carrera “formal”, sino como simples cursos. Aun así, trabajé y estudié con dedicación.

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Pero algo dentro de mí seguía latiendo distinto.
Cuando entré a trabajar como operaria en empresas de confección, descubrí lo que realmente me movía: crear con mis manos.
 

Pasé por todo tipo de talleres —jeans, uniformes militares, dotaciones, ropa casual— y cada puntada me hacía sentir más viva.

Mis jefes notaban mi pasión y me animaron a formarme en lo que realmente amaba.

Así lo hice.

Decidí estudiar Diseño de Modas, esta vez por mí, trabajando y pagando mis estudios. Fue entonces cuando nació Kairaba, mi marca, mi sueño hecho realidad.

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Desde entonces, he dedicado mi vida a enseñar costura, patronaje, corte y confección.
He trabajado en academias, dictado clases personalizadas y enseñado a muchas personas a crear ropa que refleje quiénes son, especialmente a mujeres que no encontraban prendas que abrazaran su cuerpo con amor.

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Hoy, a través de mis redes sociales, mis cursos y mi comunidad, comparto lo que la vida y la costura me han enseñado: que sí se puede empezar desde cero, que nuestro talento vale, y que con nuestras manos podemos construir lo que soñamos vestir.